Cerdeña con K y con…….T
En este
blog he narrado grandes viajes en moto, este año en principio tenía un proyecto
ambicioso, pero la jodida crisis lo ha jodido todo…..
T, mi
mujer, no es de las que se conforman fácilmente, así que subliminalmente fue
haciendo su trabajo sobre mis neuronas hasta conseguir que me ilusionara por un
proyecto que aunque más modesto desde el
punto de vista económico tengo que reconocer, ahora que ya he regresado,
que ha sido unos días fantásticos en los que he combinado mi afición principal,
ir en moto por carreteras recónditas, con el relax que unas vacaciones
“normales” se busca.
Esta es
una crónica un poco diferente a las precedentes, la principal diferencia es el
estilo de la narración y eso es por que no soy yo el narrador, si no T, no doy más detalles sobre el viaje, ya los
descubriréis de la mano de T.
No
obstante dada mi incontinencia verbal hare un pequeño prologo, más motero.
Como
toda pareja elegimos los destinos de vacaciones de mutuo acuerdo, es decir T
eligió y yo acepté……, pero T en una acto de amor propuso que el medio de
transporte sería de dos ruedas, y a ella no le gusta pedalear…..
Dado el
destino y la época del año no parecía conveniente utilizar mi RT, su volumen,
peso y manejabilidad no parecen las mejores para las retorcidas correteras
Sardas, pero sobretodo las altas temperaturas de esta época la hacían
desaconsejable, así que me decidí por mi vieja pero naked K75. La previsión no
era hacer muchos kilómetros.
El fin
de semana anterior a la salida (salíamos un martes) se me ocurre hacer una
revisión centrada en el sistema de refrigeración, que era lo que más me
preocupaba. Con la ayuda del foro
bmwmotos.com hago las comprobaciones para cerciorarme de que el electro-ventilador
se conecta cuando sube la temperatura……¡¡horror!! no funciona… .Con ayuda de
compañeros del foro desmonto parte de la moto y llego a la conclusión de que el
relé que controla esta función esta averiado….
Así que
siendo fin de semana dejo la moto desmontada a la espera de comprar el relé el
lunes y montarlo…..Pero ya sabéis por mis anteriores relatos que yo no soy un
hombre de suerte, así que el lunes en un concesionario me dicen no tener el
relé, amablemente miran en su base de datos y el más cercano esta en un
concesionario de Girona…. a 100 km de mi
casa…..
Suerte
no tengo pero perseverante si que soy,
así que cojo la RT (esta sería su contribución a mi viaje, en el fondo me daba
pena dejarla……) y en dos hora y poco estoy de vuelta con la pócima mágica que
haría funcionar el ventilador de mi K.
¿os había dicho que no soy un hombre de suerte?......, pues si lo que imagináis…., coloco el relé hago los
puentes eléctricos para la comprobación y ….ná de ná……
Estoy a
pocas horas de embarcar, pienso en desistir y viajar con la RT,…… pero ¿os
había dicho que soy perseverante? (T esta cualidad cualidad mía la define como:
“pero que peeeesado que eres”). Así que
llamo a un amigo del foro, Tonis
(garcías), que aparte de tener más conocimientos técnicos que yo también tiene
más edad (perdón Tonis), pero sobretodo mucha más paciencia. Así que me
recomienda no hacer tantas comprobaciones eléctricas puenteando conexiones e ir
al sistema “cuenta la vieja”: la dejamos largo rato al ralentí y……. después de esperar un tiempo que yo solo
no hubiera hecho, por mi poca paciencia, ¡¡voila!! el ventilador se pone en
marcha un rato, se para, se vuelve poner
en marcha y así sucesivamente regulando la temperatura….
No lo
digas tu, ya o digo yo: ¡¡¡pero que buuuurro que soy!!, horas de trabajo,
incertezas, 200 km, 50 €…, todo por mi impaciencia……, a ver si aprendo…..
El relato deT:
Este año no íbamos a ir de vacaciones a ningún sitio, no
“tocaba” ya lo habíamos decidido y ya lo había asumido, pero de repente
decidimos que solo se vive una vez que no saldremos de pobres, que nos vamos,
pero ¿a dónde?.
Ha de ser un sitio que no
conozcamos aun, no muy caro y no muy lejos.
Pensando, pensando se nos ocurre (no recuerdo quien
fue) que la isla de Cerdeña reunía todas
esas condiciones, con el atractivo añadido que podíamos ir en Ferri desde Barcelona
y podíamos llevar la moto.
Lo de la moto no es que fuera una condición importante para
mi, pero pensé que como solo queríamos visitar el norte de la isla, no serian
muchos kilómetros y además G estaba super contento con la idea..... vamos a
darle ese gusto!.
Contacte con una amiga que hace poco estuvo allí para que me
orientara un poco, a ella le decepciono un poco la isla, pero yo no me desanimé
con su opinión, si que le hice caso en la ubicación del hotel ya que queríamos
situarnos en un lugar e ir haciendo excursiones, también era importante que no
estuviera lejos de Porto Torres ya que el día de vuelta el ferri sale a las 6
h. y has de estar por lo menos un ahora antes para embarcar.
Elegimos viajar con la BMW K75 porque es más ágil para el
tipo de carreteras que nos íbamos a encontrar , fue una buena elección y la
pobre no nos falló.
El ferri salía de Barcelona a las 22 h, cuando llegamos al
puerto nos íbamos colocando todas la
motos juntas, en ese momento si que eche en falta la BMW R1200RT ya que luce más,
con la K75 yo tenía la sensación de que los demás nos veían como un matrimonio
mayor con una moto vieja, cuando en realidad somos un matrimonio de mediana
edad con una moto clásica.
Había otra pareja joven con una BMW el chico que era muy simpático y se fijo en
la nuestra estuvimos hablando a mi por
su entusiasmo me recordó a G con su misma edad.
Fuimos siguiendo las indicaciones y al final dejamos la moto
en la bodega del barco y nosotros nos fuimos a nuestro camarote, vale la pena coger
camarote ya que el viaje dura 12 horas, salimos recorrer el barco y luego a
cenar y a dormir.
Al levantarnos ya se veía la costa, desayunamos y salimos a cubierta, G con el GPS del móvil iba siguiendo la ruta del barco y vimos que estábamos rodeando el parque natural de Stintino.
Fue muy agradable, la brisa, el sol, el mar, la ilusión del
primer día de vacaciones.
Pero al desembarcar.....¡Dios mío! Que paisaje ......que
secarral.....que roto....que sucio....que carretera....que cruces....que
peligro....¿es que no conocen las rotondas?.....bueno no nos desanimemos es
Porto Torres, feo... feo....
Hacia un sol de justicia, G tenía ya preparado el GPS con la
dirección del Hotel, cogimos la carretera, me quite la chaqueta de la moto,
notaba el sol quemar mi piel pero con la brisa era muy agradable y la sensación
que tuve fue que era un paisaje parecido al mío pero más seco, lo que me llamo
la atención fueron los olores, es una ventaja de ir en moto, en coche te lo
pierdes, seria por que el sol y el calor que los acentuaba, pero me llamaron la
atención: el olor de las higueras, del
hinojo, de una especie de tomillo (que luego vi que no era), de pino, de
eucaliptus, me encanto me sentí bien, muy bien.
En estos momentos que voy en moto y en esta ocasión que como
que llevábamos cascos tipo jet en el que no llevamos intercomunicadores, no
podía hablar ni escuchar pues me dedico a pensar.
Al ver esos pinos que rodeaban la carretera con sus troncos
altos y su copa formando un techo de sombra, recordé a mi padre.
Mi padre que era un idealista y le gustaban los símbolos,
construyo una casa, en aquellos tiempos los hombres sabían hacer de todo: paletas, electricistas, pintores, el decía de si mismo que era el “pegalotodo”
, bueno pues el construyo una casa, supongo que le asesoro alguien, la casa aun
siguen en pie.
Como decía, le gustaban los símbolos, pues se fue al bosque
y arranco con su raíz tres pinos jóvenes (uno por cada hijo) y los planto en el
jardín de la parte de delante de la casa en un parterre en forma de corazón,
quizás ahora parezca cursi, pero a mi (yo tenía entonces 8 años) me parecía
precioso y ahora que lo recuerdo aun me lo parece. Mi padre era un hombre
especial.
No pensó en las consecuencias, los pinos se hicieron altos,
sus raíces sobresalían, uno creció
inclinado y tres pinos tiraban mucha pinaza mi madre no hacía otra cosa que
barrer.
Al final se hicieron molestos y hubo que cortar uno y más
adelante los otros dos, también este hecho fue un símbolo ya que a partir de
ahí en mi a familia ya nada fue igual.
La elección del hotel. En primer lugar queríamos algo económico
empezamos mirando B&B y turismo rural, pero mirando el google maps veíamos
que las ubicaciones eran muy.... “rural” y no nos fiamos.
Intuimos que haría mucho calor por lo tanto queríamos
asegurarnos que tuviera A.A ... luego dijimos que con piscina (poder darnos un
remojón al volver de las excursiones) luego dijimos que con terraza y vistas al
mar..... cada vez que mirábamos un hotel iba aumentando nuestra exigencia al
final lo queríamos con TODO .....total que G dice: - oye que solo van a ser
cuatro noches y no me quiero arriesgar-. El presupuesto que al principio
habíamos dicho se convirtió en el triple.
El miedo que pase cuando nos íbamos acercando para ver que
realmente el hotel era como nos lo habíamos imaginado.
Cuando en la carretera vimos el desvío al Hotel, se me cayó el alma a los
pies, una subida muy inclinada, G me dijo que tenía que subir en primera, por
una carreterita que afortunadamente después se arregla, se ensancha y está
delimitada por grandes piedras bien
colocadas, por la noche se encienden unas luces bajas azuladas que te van indicando
que llegas a un sitio ...... diríamos.... especial .....mágico.....y cuando
llegas arriba......¡Dios mío! La vista es M A R A V I L L O S A se ve
Castellsardo que está ubicado en una peñón con un castillo en lo alto y casi
encima del mar, con todas las casas colocada en escalera y todas pintadas de
la misma gama de colores ocres.
El hotel es como un resort un edificio donde está la recepción y el restaurante y luego unas casitas que son las habitaciones, a las que se accede por un caminito entre la vegetación de allí (chumberas, una especie de tomillo muy oloroso que ya he nombrado antes, flores silvestres etc..)
La habitación muy bonita y con su terraza con vitas al mar, todo era como o habíamos pensado, por una vez ya que no suele pasar, la realidad era mejor que la publicidad.
Nos fuimos corriendo a la piscina, un buen baño refrescante y ¡con unas vistas!. Más tarde bajamos al pueblo a comer.
La parte antigua del pueblo es muy bonita tiene un castillo,
una catedral, callejuelas pintorescas con restaurantes típicos de comida Sarda,
tiendecitas de productos de cestería ya que es tradición que la gente haga
cestos y los venden en las puertas de sus casas y también hay joyerías que
venden coral extraído de allí mismo, eso se encuentra por todas partes...... y
el mar al fondo siempre presente.
Descubrimos una heladería fantástica con unos helados que tenían ¡una pinta!, nos atrevimos con el de sandia y el de melón (si aquí también hay pero nosotros siempre pedimos lo mismo, G yogurt y yo chocolate) además con el calor que hace enseguida se ponen cremosos...hummmmm que buenos!.
Por la tarde fuimos a darnos una vuelta por los alrededores y a visitar una roca que se llama Elefante (por el parecido con el animal) y que se trata de un monumento funerario neolítico.
En la isla hay muchos Nuragas (torres de defensa de la edad
del bronce) y restos arqueológicos pero no los visitamos (G no lo dijo pero se
quedo con las ganas ya que a el le tira todo lo de la “piedras” no en vano
estudio historia y se especializo en arqueología) será en otra ocasión cuando
vengamos con más tiempo......cuando nos jubilemos.
En el Hotel nos avisaron que era Ferragosto, se trata de una
fiesta laica pero muy celebrada por los italianos, y que hacían fuegos artificiales en
Castellsardo, como que el hotel tiene esa vista privilegiada del pueblo, hacían
un menú especial a ¡¡50€!! por persona.
Nosotros teníamos otros planes, encontramos un super y compramos varios embutidos italianos, unos
quesos unas tostaditas un vino tinto Sardo muy bueno y nos hicimos nuestra cena
en la terraza y luego nos fuimos a jardín, al lado de la piscina a tomar algo y
a ver los fuegos.
Había mucho ambiente y con música en vivo con un grupo
acústico que sonaba muy bien, luego descubrimos que el restaurante de ese hotel
tenía cierta fama y cada noche llenaba.
El día siguiente nos dirigimos a l’Algher , es una ciudad con
mucha historia en la que se visita el centro histórico, se recorre bien caminando por sus calles empedradas (para
la moto fatal, pero enseguida aparcamos) tiene: tiendas de souvernirs y modernas, murallas, torreones, catedral .....pero
lo más curioso para nosotros como catalanes, es que se habla catalán y que sus
calles tienen doble placa en sardo y en catalán y también los nombres de las
tiendas, los menús de los restaurantes, etc... eso nos hace mucha gracia que en
una parte de Italia también se hable catalán.
Desde l’Algher o Alghero se coge un barquito que te lleva a
la Gruta de Neptuno, también se puede ir por tierra y desde la carretera has de
bajar ....y subir un montón de escalones más de 600.
Nosotros quisimos ir con el barco, siempre nos ha gustado
navegar y como que ahora no lo hacemos, pues aprovechamos cualquier ocasión
para subirnos a uno.
La excursión está bien, dura dos horas y media, entre ir y volver incluida la visita a la gruta, el recorrido dentro de
la gruta no es muy largo, lo curioso
de esta gruta es que tiene una gran bóveda muy alta. También es divertido el acceso a la
gruta desde el mar ya que con el oleaje, imaginaros la pericia que ha de tener
el patrón para acercar el barco a la entrada de la gruta para que vayan saliendo
las personas, los marineros se lo tienen muy medido y todo sale bien.
El recorrido por mar es muy bonito, vas viendo los acantilados, un faro colocado muy estratégicamente, multitud de barquitos de recreo, grupos de kayaks, etc.
Hace una parada en una playita a recoger otro grupo de
gente, donde ya empezamos a ver esa agua de color esmeralda que tantas ganas
teníamos de ver.
También nos llevaron a un acantilado que tiene un agujero en
medio. Todo esto si vas por carretera no lo ves.
Volvimos a l’Algher a comer y partimos hacia Stintino donde
queríamos llegar a la playa de la Pelosa que es una de las recomendadas.
G me engaño y de camino quería ir a ver .....”piedras”. Por
supuesto nos perdimos varias veces
normalmente están ubicadas en lugares “raros” y el pobre GPS no
encuentra nada y el venga a rectificar el GPS en marcha cosa que me pone de los
nervios.
Finalmente desistió pero llegamos a la Pelosa cuando quedaba
solo una media hora para que el sol se fuera.
Lo que hubiera podio ser, llegar y darnos un buen baño en
esas aguas azules y transparentes garcías a sus fondos de arena fina y blanca.....pues fue solo un remojón
rápido ya que no nos daba tiempo a
secarnos pues el sol se fue.
Se nos hizo de noche para volver al hotel. Llegue agotada, más por el miedo de conducir por esas carreteras sin ninguna referencia, ni pintura en el centro ni en los laterales ni reflectantes, cruces raros, que por los kilómetros que no eran tantos.
Al día siguiente nos levantamos ponto ya que teníamos un día
completo , teníamos un plan muy ambicioso y queríamos visitar varios lugares de
la famosa Costa Esmeralda .
Primera parada, Santa Teresa Gallura, me gusto este pueblo ates
de conocerlo ya que yo me llamo así y eso hace que me pertenezca un poquito.
En las guías salen fotos de este pueblo con ancianas
vestidas de negro sentadas en las puertas de sus casas (parecido a Ibiza) en
realidad no he visto a ninguna, pero es igual, es un pueblo pequeño y muy
bonito, turístico, pero cuidado, no hay bloques de apartamentos si no que hay
casitas bajas.
Desde aquí se ve la costa de la isla de Corcega.
La parte antigua tiene unas plazas con terrazas muy
agradables donde me apetecería tomar un capuccino pero hace tanto calor!, también hay tiendecitas muy “chulas” las adornan con flores,
cuidan los escaparates y los productos que ofrecen, vamos que no son de guiris,
que se ven con cierta clase y todas con unas palabras que son como mágicas para
mi : “mezzo precio, disconto 50%” ......hemos de seguir la ruta.
Nos dirigimos a Palau para coger el ferri que nos llevara al
archipiélago de la Madalena, hay una larga cola el pueblo es pequeño y los
turistas son muchos, ventajas de ir en moto.....nos la saltamos, no nos damos
cuenta y ya estamos en el ferri subidos, (se paga dentro).
Este ferri dura unos 15 minutos en cruzar, te instalas
cómodamente en una butaca mirando el mar (enfrente ya se ve la isla) y con A.A que se agradece un montón.
Al salir del ferri todo parece caótico pero cada uno va por
donde tienen que ir, siguiendo al de delante....todo fluye.
Empezamos la ruta que consiste en rodear la isla más grande,
nos dirigimos a Spalmador que es una playa recomendada, la guía dice que es muy
bonita y es cierto, nos quedamos alucinados por el colores del agua , vistos de cerca son tan bonitos
como los que se ven desde la carretera que transcurre por acantilados.
Ahora estoy dentro del agua, noto la temperatura refrescante
pero no fría, la limpieza del agua, la
trasparencia, la textura de la arena
(esta es más gruesa) incluso creo que no es tan salada como en Barcelona, nos
encanta.
Es una cala donde vienen a varar barquitos pequeños y también grandes barcos
(con marineros que hacen la maniobra).
Nos quedamos mirando y recordamos otros tiempos cuando
teníamos una lancha, lo bien que lo pasábamos costeando y parándonos en las
calitas donde nuestro querido Loky (era un cooker) nada más parar se tiraba de
golpe y empezaba a rodear la barca nadando sin parar con sus grandes orejas extendidas a los lados flotando y el
morro bien apretado para que no le entrara el agua.
Era un perro con muy mal genio, de hecho nos lo dieron por
qué no lo querían, pero que lo tuvimos 15 años y al que quisimos mucho.
Mientras en la cabina de la barca mi hijo pequeñito dormía
la siesta.
Más adelante salíamos a navegar con amigos, la lancha llena
de niños, parábamos a bañarnos en alta mar y en una calita recogida hacíamos el
vermut o incluso comíamos y regresábamos bien tarde, cansados, quemados por el
sol, la piel salada pero felices.
Eran otros tiempos..... la barca ya no existe, los niños ya
son grandes y de los mayores ya no estamos todos.
Después de este momento “remember” pensamos en ir a comer, nos dirigimos a otra de las playas recomendadas : Bahía Trinita y allí encontramos un chiringuito des de el que se veía toda la bahía con mesa disponible y a la sombra, nos tomamos una refrescante ensalada con unas bolitas de mozzarella rebozada y unas patatas fritas .......¡qué bien!
Nos dirigimos a la otra isla Caprera (como nuestra Cabrera) que
está unida a esta por un puente un tanto rustico y curioso. Esta isla es famosa
por que Garibladi paso aquí sus últimos días hay un museo para visitar pero
nosotros no fuimos, queríamos ver la islita y nos dirigimos a la playa Dos Mares.
He de decir que este archipiélago es precioso, salvaje casi
virgen, no hay construcciones, tiene pinedas para hacer picnic, hay infinidad
de pequeñas calitas y...... el agua. Vale la pena venir con tiempo para
saborearlo mejor.
Nos dirigimos a Porto Cervo (ciervo) que es lo más “pijo” de
la isla y es donde va la jet set francesa y italiana, nos dijeron que era más
“in” que puerto Banús.
A mi Puerto Banús y alrededores me pareció muy “pijo” cuando
hace años estuve, quizás ahora ya no lo sea tanto.
Si que es verdad que el nivel de tiendas de supermarca, joyerías, coches y yates es muy alto pero creo que además del glamour, los pijos también van allí porque la costa Esmeralda es mucho más bonita que la costa del sol (nada que ver). Vale la pena darse una vuelta y supongo que por la noche el pijerio (a quien le guste) aumenta más que por la tarde, ya que lo que había más eran turistas curioseando.
Volvimos al hotel, teníamos 100 kms. por delante (¡¡¡y por esas carreteras!!!) pero
finalmente llegamos bien, agotados, nos duchamos nos pusimos guapos y nos
fuimos al restaurante del hotel a cenar, había un ambiente.... todas las mesas
llenas, nos esperamos unos 10 minutos y nos dieron una buena mesa con vistas,
pedimos la especialidad de la casa, pedimos vino (el que quiso el camarero)
todo muy bien excepto el precio....100 euracos (como diría G) pero valió la
pena, una noche es una noche.
El ultimo día lo habíamos reservado al “dolce farniente” tal
como dicen los italianos a estar ocioso.
Queríamos disfrutar de este hotel que nos ha gustado tanto y
al que seguramente no volveremos.
Dedicamos un buen rato al buffet del desayuno disfrutando de
las vistas, tomando un autentico capuccino (no café de ese aguado de los hoteles) no me canso de mirar el
paisaje quiero que me quede bien grabada en la retina esta imagen tan bonita,
para que cuando este en el trabajo saturada y cabreada la pueda volver a
recuperar y actúe como bálsamo.
Luego nos vamos a la piscina, estamos solos, los otros huéspedes deben haber marchado ha
hacer sus excursiones, podemos elegir las
mejores hamacas y parasol que ya teníamos controlados para G sombra para mi sol
y con vistas a Castellsardo y al mar.
Se oyen los pajarillos lejanos, también se escucha una suave
música ....Forever Young (siempre jóvenes).....siempre me pongo nostálgica con
esta canción, me recuerda la joven que fui con todas las ilusiones y proyectos
aun por cumplir, ahora quien me ve , ve
a una señora pero por dentro aun soy aquella chica y aun tengo muchas cosas por
realizar.
Párrafo sacado del libro La Senda Oscura de Asa Larson : - “
Hay ciertas ventajas en mantener el mismo marido que al principio. Por muchas
arrugas y flacideces que yo tenga, siempre verá aquella chica que conoció al
principio de los tiempos”.
Los camareros están montando las mesas y hablan entre ellos (mejor
dicho, gritan ... son italianos) pero a mí
me gusta escucharlos me encanta oír hablar el italiano, es un idioma muy bonito
y casi se entiende todo o palabras sueltas que reconozco, pero con otro acento.
Estamos tan bien, medio sol media sombra con una brisa
suave, tirados en la hamaca yo escribiendo estas líneas y
leyendo un libro y G escuchado música.
No quiero pensar en nada, pero pienso. Pienso en mi casa, en
mi hijo.....¿que debe estar haciendo? ¿Se habrá levantado?¿ Y la Dana (mi
perrita) y la Mixi (mi gata)? Mañana ya los veré, total han sido solo 5 días
pero como que hemos hecho tantas cosas paren muchos más. Les daré besos,
necesito tocarlos, apretarlos.
Teníamos planes para la hora de comer pero en estas que
viene una camarera muy simpática con un “menú piscinero” vemos que el precio no
está nada mal y que otros huéspedes también lo piden y nos animamos. Ensalada
caprese, brusqueta de salami y queso y ensalada de fruta fresca, todo muy bien
presentado .... ¡qué sofisticado, me encanta! ¡qué buena idea! y yo sigo
mirando Castellsardo y el mar desde mi tumbona.
Por la noche nos fuimos al pueblo yo quería pasear por esas
callecitas pero sin tanto calor, comer una pizza y luego un helado de la
heladería que teníamos controlada.
Cuando aparcamos la moto, nos encontramos a la misma pareja
con la que habíamos hablado en el puerto de Barcelona.
Ellos también regresan mañana y van a darse una cena de homenaje,
nos contamos las vacaciones respectivamente y nos despedimos hasta mañana en el
barco.
Después de tomarnos la pizza fuimos a por los helados y G ve
que la moto de nuestro amigo no estaba
donde nosotros lo vimos aparcar, pensamos que ya se habría marchado pero
no, estaban cenando en un restaurante y entonces empezamos a preocuparnos por
si se la habían robado, G se puso nervioso: - ¿como le digo yo ahora que le han
robado la moto?- vaya disgusto le voy a dar - o
-quizás se la ha llevado la grúa ya me veo yo acompañándolo ....etc...
etc... iba haciendo cábalas con el helado en la mano (que no pudo saborear)
hasta que finalmente se fue hacia ellos en el restaurante a darles la
noticia.......resulta que un polizzia les había dicho que tenían que cambiarla de sitio ya que estaba mal aparcada.....¡menos mal! La
cuestión es que nuestro último helado italiano no nos sentó nada bien.
El día de regreso.
El día empieza muy pronto son las 3:45 cuando suena el
despertador, lo tenemos todo más o menos recogido y en un momento estamos
poniendo el equipaje en la moto.
En estos momentos yo me aparto, siempre molesto, no hago el
movimiento correcto.....es “SU” momento.... pero hay un problema, no hay luz,
le cuesta cerrar las maletas....una se le resiste....yo aprovecho para mirar el
cielo, como que aquí esta tan oscuro, se ve todo estrellado como hacía tiempo
que no lo veía, en Barcelona no se puede
ver, hay demasiada contaminación lumínica.
Estoy distraída intentando encontrar la Osa mayor, la menor ,
etc... solo las intuyo, en realidad no tengo ni idea, seguramente alguien me
las enseño pero ya me he olvidado.
Oigo de fondo unos golpes, unos insultos: - hija de pu....
Cabro.... etc.- no van dirigidos a mí, sino que van dirigidos a la “pobre” maleta
que no cierra.... mi función ahora es acercarme, mostrar interés y no hacer
gran cosa si acaso recibir algún “moco” finalmente todo se pone en su sitio y
partimos, veo la imagen de Catellsardo por última vez, si de día es bonito, por
la noche iluminado diría que aun es mejor............P R E C I O SO.
Partimos hacia Porto Torres a coger el ferri. Todo ha ido
bien, llegamos con tiempo de hacer un café y nos ponemos con el grupo de las
motos que ya están a punto de embarcar.
Parece una parrilla de salida de una carrera de motos, todos
en línea.
Los de la moto de al lado se han fijado en nuestra moto y
preguntan, conversamos del viaje suyo y del nuestro.
Inmediatamente llega la pareja que encontramos anoche en
Catellsardo y reímos al recordar el mal rollo que tubo G anoche al no encontrar
su moto y lo mal que le cayó el helado.
Es una pareja joven que ahora empieza a hacer viajes en moto,
bueno esto es lo que quiere el (han hecho 800 km en cuatro días).... ella me
mira y tuerce el gesto.... dice: - si que me gusta, pero no tanto yo prefiero
el coche- (ja ja ja yo pienso, tal como lo veo a el de emocionado, vas a hacer
algún que otro viaje más).
Embarcamos y vamos hacia los asientos reservados, G se
instala cómodamente y se duerme, yo no puedo aquí hay mucha gente entrando y
saliendo, prefiero salir al exterior, ver el sol que acaba de salir, la brisa cálida
aun a esta hora, el mar plano......todo perfecto.
Me instalo en la sala de espectáculos donde veo que hay
gente estirada durmiendo en los sofás y veo que se está mejor aquí que en la
sala de butacas (recomiendo que al volver, que es de día, se coja billete de
puente), pido un capuccino y pe pongo a leer unas 30 páginas que me quedan del
libro, con un final trepidante..... que a gusto estoy....no me doy no cuenta
termino el libro y ya son las 10:30 voy a buscar a G. Está ahí, sentado a
oscuras, tapado y dando cabezas lateralmente, parece que la ha dado un ataque
de algo.....no, está escuchando música con el ipod, le propongo tomar un
capuccino y un croissant, le apetece y subimos.
Nos pasamos el día ahí tumbados, subimos a la piscina, vamos
al restaurante, y finalmente vemos Barcelona, subo a cubierta y voy viendo acercarse
la ciudad. Desde esta perspectiva, ¡que bonita es!.
Oigo a unas turistas italianas que dudan que si este
edificio o el otro es la Sagrada Familia, yo les indico, las ubico, les nombro
los edificios y lugares más bonitos para visitar, ellas agradecidas me
preguntan si soy de aquí yo orgullosa y con una gran sonrisa digo: si, esta es ciudad espero que os guste y que
la disfrutéis.