jueves, 24 de junio de 2010

LADRILLO VOLADOR

¿Sabéis lo que es un “ladrillo volador”?. Si mas datos alguien podría pensar que es una arma arrojadiza, que seguro que se ha empleado en mas de una ocasión…, pero en el mundo de las motos y mas concretamente en el de las BMW’s es la forma cariñosa como se conocen unos modelos con una configuración y colocación del motor muy novedosa y peculiar (que recuerda a un ladrillo) que hicieron furor en los 80’s y 90’s para después desaparecer.

Hay cosas que desparecen sin más, y otras que su recuerdo perdura, este recuerdo, en algunos casos, se mitifica creándose lo que se suele llamar “culto” a determinados personajes y/o cosas. Pues las BMW’s de la series K de esos años ahora son elementos de culto.


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A principios de este año en un e-mail de un compañero motero, S, dirigido a un grupo de aficionados a las motos (BMW) leo que tiene por una compañera de trabajo referencia de la venta de una BMW K 75, en buen estado y a buen precio, eso se queda grabado dentro de alguna que otra neurona, pero estas deberían estar en una zona muy periférica de mi cerebro….

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Unas semanas, o incluso meses, mas tarde..:

Estoy comiendo con algunos amigos del grupo motero, y alguien vuelve a nombrar el tema de la K a la venta y refresca el tema del precio. Este es tan bajo que en mi mente aparece una imagen de un desecho de hierros que difícilmente puedan llamarse moto….

No obstante esa segunda aparición de la K, hace que la/s neurona/s que estaban apunto de morir en la parte mas exterior de la corteza cerebral, se reactivan y a empujones con otras mas utilizadas para el funcionamiento de nuestro cuerpo, incluidas las que regentan la actividad sexual, que a decir verdad ya las tengo mas bien instaladas en la periferia,…se sitúan una zona de mas actividad cerebral…

Es entonces cuando recuerdo que siendo yo joven este era un modelo “aspiracional” pero inalcanzable para mi dada mi economía. En esta imagen ya aparece en mi mente una K “deseable”…, pero cuando vuelvo a recordar el precio pienso, no, no puede ser….

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Algunos días después..

Al abrir el mail veo que no borré el mensaje que hablaba de la existencia de la oferta de la K, en un impulso respondo pidiendo a mi amigo el teléfono de contacto del propietario. Cuando lo recibo lo archivo y no hago nada, dejo pasar el tiempo, días, días..Pero en mi mente ya se dibuja una imagen de moto deseable…, pero cuando pienso en el precio, vuelvo a decirme, que no, que no…

Pero como recurrentemente aparece esa imagen, al final me decido y llamo, mi interlocutor, muy amable, me dice que no me puede atender que hablaremos la semana próxima….

Aunque pienso en no volver a llamar, el tema ya empieza a ser una pequeña obsesión: Cuando voy por las calles miro todas las K’s, miro en Internet las ofertas, al comprobar los precios, ahora tengo una doble sensación, la de no puede ser, o la de que igual es un “chollo”….

Pasa la semana y llamo, quedamos para que la vea, estoy nervioso, es como si de una cita a ciegas se tratara…Está en un parking detrás de unas columnas, me voy acercando, en cuanto me asome la veré, y… en ese mismo instante en que hago el gesto de asomarme….., se va la luz,… el propietario me dice: no te muevas que voy a darla….Sé que está hay delante pero no puedo verla….

Estoy solo, pienso que es lo mejor para una cita, en cuanto da la luz…¡¡zas!!,.. no me lo puedo creer esta impecable…¡¡mejor que en mis pensamientos!!. Cuando se acerca el propietario, empieza a excusare diciendo hace tiempo que no la utiliza que tiene un poco de polvo, que seguro que la batería estará baja…

Ahora tengo que hacer la pregunta que estoy temiendo desde que la he visto, ¿y si mi amigo se ha confundido en el precio?, no puede ser lo que me dijo…Al final me decido y con un hilo de voz pregunto:
- ¿Cuánto pides?
El propietario repite el precio que ya sabía (no me atrevo a reproducirlo..), y añade..
- Ya se que piden mas pero no tengo ganas de poner un anuncio (se la hubieran quitado de las manos..) e ir regateando…
Como jugador de póker digo un escueto
- Está bien me la quedo……

Os ahorro los detalles finales de la transacción, que acabaron con una ¡¡rebaja!! por el estado de la batería….
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No muchos días después de esto estoy circulando por las cumbres de los Alpes con mi K. Paro el motor en un lugar idílico, desmonto, todo está en silencio respiro hondo aquel aire tan puro y que tan poco acostumbrados estamos. Las sensaciones de estos momentos son difíciles de explicar, pero si que puedo asegurar que estos lugares no saben igual en moto que en coche, si no se ha probado no se sabe……, y aunque algo egoísta este comentario, si es solo mejor, el silencio es total, todos tus sentidos están pendientes del momento y el espacio que estas viviendo, sientes el aire fresco en la cara que estira tu piel, el rumor de las hojas de los árboles, miras al cielo (hay que hacerlo.., lo hacemos poco..) y ves el movimiento de las nubes que es más rápido de lo que imaginabas, ya que no tenemos la paciencia necesaria para contemplarlas durante un largo rato. Pienso: ¡¡ Ha sido una buena idea ¡!.


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Ahora os explico la idea:

Este año estaba decidido a utilizar mi permiso de vacaciones en solitario que me concede T, mi mujer (a cambio de unos días también para ella), en una actividad distinta a las rutas en moto, que consistía en una marcha a pie por el Pirineo, de hecho hace dos años que lo voy retrasando, buscándome excusas, que si en los días antes ha nevado y el camino estará impracticable, que si no me he podido poner en forma los meses antes etc, etc. Creo que realmente que dos ruedas, y un motor claro, me tiran mas que dos piernas a pelo…..Otro año será, espero…

Como he relatado antes mi enamoramiento repentino en mi cita a ciegas merecía una luna de miel. Y ya me veis como en otras ocasiones buscando una excusa para ir a algún lugar, y digo ir que es lo importante, el llegar es solo el transito del ir…, que es lo que me apetece. ¿se entiende?....

Uno de los destinos, perdón, tránsitos que me apetecían y que no tenía muy circulados eran los Alpes. Ya tenía por donde ir, ahora solo me faltaba a donde ir…¿?.....

Conversando con algún amigo forofo de las K, K (es su inicial no es que es una repetición mecanográfica), me entero que en Alemania existe un club exclusivos de K’s que cada año hacen una reunión anual: ¡¡Pues ya lo tengo!!, no hay que pensar mas…

Y empiezo a programar el viaje:

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Previamente os pongo en antecedentes al contaros que además de mi nueva maquina, bueno lo de nueva es para mi ya que la criatura es mayor de edad, tiene 21 años, los mismo que mi hijo A, tengo una, esa si jovencita, R1200RT. Esta moto es el sueño de todos los que queremos hacer grandes rutas, durante mucho tiempo la he anhelado, especialmente cuando con una maquina anterior no muy rutera he hecho grandes viajes. Pues ves aquí que la tengo y me veo planificando un viaje en una moto no muy adecuada para esos menesteres, pero como que había construido un “donde ir” en el que el motivo era la concentración de los “ladrillos voladores”, pues con el “ladrillo” tenía que ir…¿no?...

Cuando se tiene una moto mas o menos “clásica” cada kilómetro que le haces es como si le quitaras algo de vida, sus propietarios suelen evitar el utilizarlas a diario como medios de transporte, y dosifican muy bien sus kilómetros, incluso utilizan remolques para llevarlas a las concentraciones. Yo si estar en ese punto la verdad es que siempre que salgo a Europa los primeros mil kilómetros me sobran, son siempre los mismos y por las mismas autopistas, consumes un día con el solo objetivo de situarte en un punto de partida para empezar a disfrutar.

Para evitar eso tomo la decisión de ahorrarme ese trámite, y embarcar en un ferry que cubre la ruta Barcelona-Genova. No castigo innecesariamente a mi compañera, y el salir en barco hacía un destino tiene un componente romántico, lo voy a utilizar como homenaje a unos de mis amigos aventureros, Mc, que vivía en Ibiza y cada viaje lo debía iniciar por este medio….

Pese a lo sensible que me ha salido el párrafo anterior la verdad es que el ferry en cuestión era uno de esos que huele a gasoil, en las bodegas llena de camiones. Ya dentro el olor cambia, y por los larguísimos y estrechos pasillos que lleva a los camarotes el olor muta al no mas agradable olor a pies,… o mi me lo pareció…. Por suerte la puerta del camarote es un buen aislante de estos aromas.

A diferencia de otros viajes en barco que lo he disfrutado mas, ya que eran al retorno con mucho cansancio acumulado, en este caso solo era un trámite necesario para acercarme a las montañas que anhelaba, Los Alpes….




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Una vez ya en Italia empieza de verdad mi viaje, y disfrute. Tomo el camino directo, que no mas rápido, hacía esas montañas, evitando, como haré en la mayoría de los recorrido las autopistas y autovías. Genova es prácticamente un acantilado ya que a los pocos metros de abandonar el puerto comienzas a subir, subir, y subir, por carreteras de las hacen afición a la moto de turismo. Tengo que recocer que la maquina que monto no es la mas adaptada a estas carreteras, sus estrechos neumáticos, sus justitos frenos y su chasis pensado para ir en rectas hacen que me ponga como pendiente el volver con algo mas “curvero”. Pero a ritmos moderados también se disfruta mas del paisaje y menos del asfalto, que también de eso se trata, ya que asfalto para disfrutar los puedes encontrar cerca de casa, sinembargo los paisajes están donde están..¿no?..

En los últimos días he estado pendiente del tiempo, y de una previsión de lluvias, que tratándose de mi era lo habitual, ha pasado a una mejor. Mi objetivo ese primer día, teniendo en cuento que el ferry llegaba a Genova a primera hora de la tarde, era situarme a los pies de Los Alpes, en Ponte de Legno, para afrontarlos al día siguiente. Pero el inicio de la mas o menos previsible lluvia hace que me detenga unos kilómetros antes.

Hotel de montaña, buen precio, pocos huéspedes, restaurante abierto, parking cubierto para mi acompañante, que más se puede pedir después día de ruta…

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¡¡Este es el día!!, todas las rutas tiene un culminación, el momento que se espera con mas ilusión. Para mi era atravesar Los Alpes por los puertos que los colegas, como R, que los habían hecho antes me aconsejaron, y yo que soy cabezón por una vez escuche e hice caso.

El plan era empezar por el Gavia, de ahí escalar el Stelvio por su cara Sur, y bajar por la Norte, y como no hay dos sin tres completar la jornada montañera con el Giovo. Entrar en Austria hasta Innsbruck y ya veríamos donde caía rendido…

Aunque me fui a dormir con lluvia, el día amanece fresco pero radiante. Como que voy a subir a cotas altas me equipo como si de invierno se tratara. Pese a que en muchas ocasiones he defendido la palabra frente a la imagen, sé que mi prosa no es brillante y para describir las sensaciones de circular en moto por estos puertos será de mucha ayuda filmar en video algunos tramos. Tenía preparado los herrajes (para los entendidos de la marca RAM) necesarios para fijar la cámara al manillar, pero como no podía ser de otro modo la bola de enganche con la cámara me la dejé en casa, así que no tuve mas remedio que improvisar con cinta adhesiva (cinta americana para los entendidos). El invento parece que funcionaba…

El Gavia no tiene la fama del Stelvio, pero su subida por la cara Sur se hace por una de las carreteras que mas me ha gustado en toda mis correrías con moto. La escalada mas vertical se inicia en una muy estrecha carretera, que por la parte de la pared esta bordeada de un muro de contención de piedras muy bien alineadas y por la de la pendiente un bosque de abetos con un verde esplendoroso, el tiempo era fantástico, y en cada “paella” se abría un paisaje de postal con cumbres nevadas y las nubes descansado sobre ellas. Después he sabido que no hace mucho esta carretera era una pista sin asfaltar, lo que sería sin duda una delicia para subir con motos trail.





Conforme te acercas a la cima la nieve se hace mas presente. En la cima hay un edificio cafetería y junto a el hay varias motos aparcadas, de destintas nacionalidades, francesas, alemanas, suizas…, lo que me confirma que estoy un una de esas carreteras mitos de los moteros.


La bajada es por la cara Norte por lo que discurre por dos paredes de nieve de una altura considerable, el asfalto está en bastante mal estado y lo peor es que la niebla es muy espesa,… hay que ir con cuidado…. Como era de esperar conforme voy bajando de cuota el panorama mejora, el asfalto ahora permite una buena adherencia y dentro de las limitaciones de mi montura procuro disfrutar de la conducción revirada entre bosques de abetos. Paso por algunos pueblos alpinos encantadores, ¡lastima de no tener tiempo!.




A penas coges conciencia que ya has bajado del Gavia cuando empiezan las primeras rampas del ascenso al Stelvio. En el inicio tengo la montaña a mi derecha y el precipicio a la izquierda, que es un profundo y estrecho valle de la base del cual arrancan una mole impresionante de piedra por la cual, dada la época del deshielo, caen por todas partes torrentes de agua. La carretera siendo buena, en este inicio, de tanto en tanto penetra en oscuros, estrechos y húmedos túneles con un piso muy bacheado, la diferencia de luz y asfalto los hacen especialmente peligrosos, el primero me coge desprevenido y no se donde estoy, no veo nada…, los próximos los afronto con mas precaución…

Cuando ya se abandona la vegetación la subida no es tan revirada, la nieve es cada vez mas presente. Poco antes de la cima existe un desvío que indica la proximidad de Suiza, aunque no tenía previsto pasar por este país, pienso que podría hacerlo cuando regrese…, pero me asalta la duda si necesitaré pasaportes, no es UE, no lo llevo encima, ya veremos……


En la misma cubre hay, un pueblo, Bormio, mejor dicho un pueblo que es una calle, que es la carretera. Hay puertos de montaña en que la carretera no llega la misma cumbre, en este caso el vértice del pico está en la misma carretera y en medio del pueblo/calle…


Lo primero que sorprende al llegar es el gran número de motos que hay, si bien es cierto que mientras subes te cruzas con algunas, al llegar el numero que ves parece desproporcionado, realmente este en un punto mítico para los “motards”. También es desproporcionada la cantidad de tiendas de recuerdos horteras, o quizás no dado el transito de “aventurerillos” que queremos poner una muesca en nuestra lista de “hitos imprescindibles”.

Son muchas las motos que ves, pero además la proporción de clásicas es alta, lo cual me alegró al pensar que no debía de añorar mi maquina mas moderna, que otros como yo habían pensado en subir allí como los medios de hace años.


Aunque lo típico al llegar allí es comer una de la salchichas que preparan en lo humeantes carritos móviles que hay. Me apetecía mas sentarme y saborear el momento… y la comida con mas comodidad (seguramente esto es un síntoma de edad y aburguesamiento, pero que le vamos a hacer…, si es lo que quería..). Me siento en un restaurante con vistas al precipicio por el cual deberé bajar, me relajo como con postre dulce incluido a modo de premio…. Pero no me dura mucho el relax ya que observo que la boira empieza a bajar y puede que tape la parte mas codiciada de la bajada, el tramo que ha hecho famoso en el mundo entero el Stelvio.




Las imágenes y los videos dan una idea de lo que es este descenso, pero la sensación que mejor la definiría es lo que sientes cuando llegas abajo, es como cuando bajas de una montaña rusa que piensas me gustaría dar otro viaje. Pues eso es lo que no hice, y ahora aquí delante del ordenador tomo conciencia del error, solo son 20 minutos bajando, quizás subiendo media ahora, que mas da, tardaré en volver…, sinceramente no me lo planteé. Cuando estas de viaje tienes la sensación que te va a faltar tiempo, y no debes perderlo en tonterías, pero ¡¡por Dios el Stelvio merece dos pasadas!!, te aviso a ti lector para que no comentas mi mismo error, aunque si sé que vas y das una pasada en cada sentido me voy a morir de la envidia….





Utilizando un poco mas las letras y las palabras te aconsejo que no intentes correr mucho, una porque en los primeros tramos el asfalto está en mal estado, mojado por el deshielo, las curvas o “tornatis” el equivalente a “paellas” para definir las curvas de 180 grados, son muy cerradas y con mucho desnivel, es fácil invadir el carril contrario y hay un cierto transito sobretodo de motos y ciclistas, que aunque aun no los he nombrado son los auténticos héroes en estas montañas; y segundo para disfrutar del paisaje. Mas abajo cuando aparecen los abetos y mejora el asfalto ya puedes curvear un poco mas rápido que también forma parte de los placeres de ir en moto…

Bueno amigo ya hemos hecho el Stelvio, tómate un descanso que aun nos queda mucha carretera y mas ascensiones…..

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El passo del Giovo, a diferencia de los dos anteriores no es la continuación natural que te lleva de uno a otro, esta a unos 130 kilómetros del último. Lo descubrí buscando una ruta alternativa, no la mas previsible y aburrida que te dan los navegadores, para entrar en Austria camino de Innsbruck. Después de los otros este es como los estiramientos después de un gran ejercicio físico, no es que no tenga su encanto, que lo tiene, especialmente la bajada por el lado Norte que a diferencia de los anteriores es suave, con buen asfalto, curvas abiertas y largas, de esas que gustan porque vas durante mucho rato inclinado y a velocidad relativamente alta; pero de donde vienes ya no te impresiona tanto…..



En el alto además de motos también encontré bastante scooters grandes, como consecuencia de la menor dificultad y la relativa proximidad a centros urbanos más grandes.

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Ya cubiertas con creces mis expectativas para Los Alpes continúo mi ruta por El Tirol. Los paisajes son bellísimos, y no solo los naturales, hay que añadir a ellos el gusto por las flores, los colores, la madera, que tienen sus habitantes, que convierten en verdaderas obras de arte sus casas. Tengo que reconocer que siempre que he viajado y he visto estas culturas que tanto cuidan la estética de sus pueblos y casas, me siento un poco avergonzado de donde vengo…, es cierto que todo el mundo tiene añoranza de su tierra y la quiere, pero, pienso yo, que su viviera aquí y tuviera que trasladarme mas al sur, esa nostalgia sería aun mayor…

Innsbruck es una pequeña ciudad encajonada entre las montañas, dominada por un trampolín de saltos de ski. La visite, también en moto, allá por el principio de los años 80’s y no ha cambiado mucho. Evidentemente la parte medieval sigue igual, recorrí algunas de sus calles, destacando el llamado tejado de oro, que es un balcón de un palacio por el que según cuenta la leyenda los emperadores se dirigían al pueblo.




Unas semanas antes T también estuvo en Austria, uno de los temas que comentamos y recordamos de nuestra lejana visita era la afición que desde entonces tenemos a esas tartas de chocolate llamadas Sacher, pues siendo la hora de merendar, y yo no perdono, una cayó sentado en una de esas coquetas terrazas que se apiñan en las estrechas calles medievales..

Después de alimentar el cuerpo y los recuerdos, retomo de nuevo la ruta camino de Munich, en un principio pensaba que antes de llegar buscaría hotel para pasar la noche, además como estaba haciendo en todo el viaje solo circularía por carreteras secundarias. ¡Y vaya carreteras!, esta discurría por medio de pueblos que parecían sacados de cuentos de hadas, a cual mas bonito, en cada curva aparecía un paisaje digno de postal, lagos bucólicos, que aumentaban su encanto con la luz, unas veces anaranjada, otras azulada, de la ciada del sol….



De repente un silbido agudo, un remolino de viento, una borrosa mancha multicolor que casi me arrolla, me despiertan de mi estado de éxtasis idílico. Es una moto japonesa pilotada, que no conducida, por un aspirante a Valentino Rossi, al rato otra, y otra. Parece ser que estoy en una de esas carreteras legendarias para los amantes de estas motos, en una zona en que el arcén se ensancha como área de descanso hay decenas de jóvenes, o no tan jóvenes, vestidos como si fueran a tomar la salida de un Gran Premio, están esperando para su tanda…Me gustan las motos pero ese no es mi estilo.

Andando, andando, paso por un interesante mueso de motos clásicas, lástima que está la tarde ya avanzada y está cerrado, hubiera sido un buen complemento al día.


Sin darme cuenta, me doy cuenta (vaya manera de decirlo..), que estoy ya cerca de Munich y cambio mi primera idea: Dormiré cerca del mueso BMW que su visita es mi objetivo para la mañana del próximo día. De esa manera podré ir vestido de calle, mas cómodo, y cuando termine vuelvo al hotel para equiparme de moto.

Sabéis el dicho de que la primera intención es la buena, pues es cierto. Inocente de mi pensé en alojarme en un hotel que hay frente por frente del museo, con la intención de ir andando, me digo “aunque cueste un poco mas caro”. Pues ni ese, ni el siguiente, ni los cuatro próximos que me sugiere el GPS, resulta que esta es una ciudad en las que hay ferias que saturan la capacidad hotelera de esta gran ciudad. Es casi medianoche y decido alejarme de la ciudad para tener mas suerte, resuelvo salir dirección Norte, por que es el camino que debo hacer mañana, así tendré algo de conocimiento adelantado. Esta vez lo hago por autopista, a los pocos kilómetros veo una gran estructura como si de un gran ovni se tratara de color rojo muy brillante y luminoso, verdaderamente impacta, se trata del “Arena Stadium” nuevo estadio del Bayer equipo de futbol de la ciudad. Cuando llevo unos cuarenta kilómetros decido salir de la autopista y pedirle al GPS que me lleve a un hotel, pero cuando estoy programando esta función levanto la vista y veo que en la próxima aérea de servicio hay hotel, probaré suerte y la tengo…, por fin puedo descansar del largo día, mas que en kilómetros en vivencias.

Me aprovisiono de algo para comer en el super de la gasolinera, cuando caigo en la cama son las de las dos de la madrugada. La habitación era muy acogedora, pero al ser un hotel a pie de autopista el ruido del transito, pese al aislamiento, hace que el descanso no sea el deseado.

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La parada en Munich y la visita al Museo BMW está bien justificada, la parte de la exposición destinada a motos es proporcionada, temía que los vehículos de cuatro ruedas monopolizaran esta. No solo el interior es interesante, si no que conjunto arquitectónico es ya de por sí admirable, el propio edificio circular, así como la torre de las oficinas centrales, compuesta por cuatro cilindros que de alzan hacía el cielo, y el edificio que hay enfrente unido por una pasarela, que es como una especie de concesionario gigante, donde destaca una pista para probar los vehículos en su mismo interior.





Por si fuera poco el atractivo de este conjunto desde ahí mismo se divisan originales cubiertas de cristal de las instalaciones de las Olimpiadas del 1972. Para rematar mi circuito arquitectónico de esta ciudad me dirijo, tal y como decidí la noche anterior, al Staduim Arena, que aunque no sea tan espectacular como iluminado bien merece una visita. Los accesos y parkings son sobredimensionadisimos, muy a la alemana, pero me sorprende la ausencia de algún museo, pese a que había curiosos en las inmediaciones, donde sin duda hubiera comprado algún recuerdo para mi hijo A, que posiblemente después del comentarista de futbol apodado “Maldini” será la persona mas docta en este deporte que yo conozco.



Ahora solo me queda llegar a lo que era sobre el papel el destino de este viaje: La “Flyingbrick-Treffen 2010”, o lo que es lo mismo, la reunión anual de los ladrillos voladores. Que celebra en un lugar perdido del extremo este de Alemania llamado Immenreuth, cerca de la frontera con la República Checa, y a unos teóricos 250 kilómetros al Norte de Munich, y digo teóricos ya que para esta tramo también programo mi GPS para evitar vías rápidas, muy rápidas y aburridas en este país.

Esta zona de Baviera es eminentemente rural, los pueblos por los que paso parecen no haber evolucionado desde la Edad Media, sus casas y graneros tienen techos de dos vertientes altos, todos huelen a algún tipo de forraje o cultivo (perdonar mi poca cultura campestre) recién cortado, menos agradable es el olor a establo, que también percibo desde la visera abierta del casco, ya que circulo a baja velocidad para gozar con todos los sentidos de estos paisajes y poblaciones que se suceden una tras otra.

Creo que el GPS me esta dando excesivos rodeos, pero me da igual, es tan relajante la ruta que temo que se acabe. Tan rural es el medio que para repostar tengo que desviarme de la ruta, el navegador no encuentra ninguna en la misma ruta. Pues así pasando por campos, bosques y pueblos de postal llego a mi destino a media tarde.

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Como ya sabía el lugar es una residencia de las que se utilizan para las colonias escolares, rodeada de prados en pleno campo. Yo soy de carácter tímido y si además le añadimos mi nulo conocimiento del alemán y no mucho mejor del inglés, entenderás que hiciera una entrada de lo mas discreta posible, aun creyendo, lo que confirmé mas tarde, que yo era el asistente mas lejano al evento.

En el pasillo que da acceso a la recepción ya vi como una treintena de K’s, hasta el momento ese era con diferencia el mayor numero de este modelo que yo he visto juntas en mi vida, pero eso cambiará pronto. No solo yo era discreto si no que mi K también, ya que allí las había desde muy tuneadas, o en un estado de originalidad como si hubieran salido de la línea de montaje hace unas horas, sidecares (curiosa la afición de los alemanes a estos, para mi la antitesis, de las motos), y muy pocas K75, creo que esta versión “pequeña” tuvo mas éxito en países con menos poder adquisitivo. Y dentro de las K100 principalmente en su versión RT.

Desde mi domicilio había enviado diferentes mail a organizadores y la propia residencia con la intención que me reservaran hospedaje para los dos días que pretendía pernoctar allí, al no recibir ninguna respuesta incluso dudé de la celebración del evento, pero como que en el fondo, como he comentado al principio, era un excusa para viajar no me preocupé más. Mi sorpresa fue que algún efecto tuvo, o posiblemente fue la gestión de mi a amigo y mentor en el mundo de las K’s K hizo, ya que en cuánto pudieron entender mi nombre allí tenían una reserva, ¡sorprendente la organización alemana! Me instalo, y bajo a la pradera que hay detrás de la residencia donde hay chiringuitos de salchichas y bebidas, en una zona con bancos y mesas corridas se amontonan fornidos moteros devorándolas y sobretodo bebiendo cervezas…

Deambulado por la zona de acampada, hay mucho que ha venido con tiendas, voy observando y fotografiando las diferentes motos y sidecares. También los hay que han venido con autocaravana con toda la familia incluidos los perros. Es una forma distinta de vivir las concentraciones que en nuestro país.

Otro ejemplo de la organización alemana es que debido a la prohibición de circular grupos numerosos de motos, confeccionan varias rutas que cuelgan en un panel con el mapa de esta, los kilómetros, el perfil de niveles, nombre del road-lider, etc. Me apunté a la que creía de longitud y dificultad media, unos 250 kilómetros que haríamos al día siguiente.

Como que suponía que la salida se haría con el depósito lleno, ya oscureciendo, me decido a buscar una gasolinera para repostar. El navegador me da una gasolinera a unos 6 kilómetros, aunque ha refrescado un poco y voy vestido de calle, tejanos, chaqueta fina y zapatillas, pienso que la distancia es corta. Al llegar compruebo con algo de preocupación que esta cerrada ..¿cerraran las gasolineras por la noche?..Intento mantener la calma, indago en los nombres de nuevas opciones que me da el navegador, intento elegir alguna de gran compañía petrolera, pienso que tendré mas posibilidades de que haga horario 24 horas que una pequeña marca local ¿?. Mi elección está a 10 kilómetros, nada mas salir se enciende el chivato de reserva, y cuando lo hace es queda muy poca………

Ya no hay marcha atrás. Como me temía esta segunda opción tampoco está abierta. Agudizo mas el ingenio, la mente en situación de peligro recurre a todas sus reservas de ingenio que en situaciones normales no haría, me doy cuenta que el navegador también da el número de teléfono de las gasolineras, pienso llamar hasta que encuentre una que me contesten aunque no los entienda. Buena idea pero inútil, ya que no me contesta ninguna en un radio de 20 kilómetros y sé por experiencia que no tengo combustible para mas.

Resignado quiero creer que alguna no contesta por que solo lo hacen en horas de oficina, así que me dirijo a la siguiente. Ahora ya no hace fresco ¡¡hace frío!!. En este trayecto noto ya el primer tirón por la entrada de aire en los inyectores…, ¡mal pinta!, pero entrando en una población me encuentro una gasolinera, que no indica el GPS, con la luz encendida, y veo con gran satisfacción que tiene una maquina para tarjetas de crédito y servicio automático. Desmonto aliviado, y pienso que en el fondo soy un tipo con suerte….

Introduzco la tarjeta y da un mensaje ininteligible, pero mi suerte es tal que la maquina tiene menú en castellano, y cuando repito la operación me indica que la tarjeta no es valida, y pese a “mosquearme” sigo pensando que yo soy mas listo que las maquinas, que para eso ya hace tiempo que viajo con varias tarjetas, y de diferentes entidades.., ¡¡a mi no me la juega una maquinita listilla!!. Bueno pues pruebo con las ¡cuatro! que llevo ..y siempre el mismo mensaje…..

Realmente este es un momento en que se puede perder la calma, y es posible que yo la perdiera, pero lo que yo no pierdo nunca, y esta puede ser la clave que me ha sacado de situaciones delicadas, es por un lado la perseverancia y por otro el optimismo. Así que continúo mi búsqueda, aterido de frío ahora, balanceándome con la moto de un lado a otro para aprovechar el poco líquido que queda en el depósito. La opción siguiente nuevo fracaso. El ingenio de supervivencia que antes mentaba, hace que me dirija hacia la indicación de autovía, por donde estoy las calles y carreteras están desiertas y en caso de quedarme tirado nadie me podrá auxiliar, sin embargo en las vías mas rápidas el trafico es mayor. Atravieso una zona muy boscosa y solitaria, y dando ya muchos tirones veo la indicación de entrada a la autovía, no parece muy concurrida, pero observo que el navegador me indica una gasolinera muy cerca de donde estoy, ¡venga vamos a gastar ese ultimo cartucho..!..

Sorprendente, no solo es una gran gasolinera que esta abierta, si no que enfrente hay otra también abierta, están en la periferia de una población mas grande que las de la zona. También tiene abiertos el supermercado y por lo que observo mientras reposto feliz, el motivo de esta oferta es como pasa aquí, que es viernes por la noche y hay un continuo de jóvenes proveyéndose para en consiguiente botellón.

Aprovecho yo también la extensa oferta, me como una pasta, como premio por mi constancia, con un gran capuchino caliente que falta me hacía. Ya repuesto me dispongo a volver a la concentración satisfecho y feliz, .. lo que es la relatividad de las cosas, en condiciones normales si me dicen que tengo que recorrer este trayecto con la poca equipación que llevo pensaría que es una put*da, pero en comparación con mis angustias anteriores estoy realmente eufórico.

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A ha hora convenida me presento en el punto de reunión, y puntualmente, haciendo honor al adjetivo del gentilicio del país, se presenta el road-lider. Pasa lista da unas instrucciones de comportamiento en la ruta, y por ultimo en un gesto de cortesía lo repite todo en inglés, con lo que yo me quedo casi igual que al principio. Menos mal que un holandés del grupo tiene algunas nociones de francés que junto a las mías pueden valer para una comunicación de los aspectos mas básicos.

Anécdotas a parte, es admirable la naturalidad que tienen para la organización en este país. Aun reconociendo el esfuerzo que algunas personas del nuestro hacen para que las concentraciones o salidas salga bien, estamos lejos de su precisión. También tiene mucho que ver el comportamiento siempre cívico de los asistentes.

No me voy a extender mucho en describir las motos, que en un cálculo aproximado estarían sobre las doscientas, ya que en ese caso las fotos lo harán mejor, pero si que había una maquina que llamaba la atención: en un chasis de K75 S habían montado un motor de coche, el de un Smart, pero atención que este era ¡¡diesel!!.

Volviendo a mis compañeros de salida entre ellos estaba la moto diesel. Esta se comportó igual que el resto solo que en las aceleraciones por su escape salía un rastro de humo negro. La salida fue mas larga de los que preveía hicimos una 350 kilómetros, siempre por preciosos parajes y pueblecitos, con cuatro paradas, en las cuales mis compañeros se metían mínimo medio litro de cerveza.Yo discrepo una de las observaciones que en las revisiones médicas me incluyen, sobrepeso, pues entre mis compañeras me sentían como un bailarina de ballet clásico, con diferencia era en de talla menor, sobretodo en sentido horizontal pero también en vertical.





Sorprendente fue una de las paradas, íbamos por una carreterita que desboca en una explanada en la cual había por los menos doscientas motos, de todos los estilos, racings, custom, ... Esto era el parking de una especie de merendero con unos cobertizos en los que se apilaban los moteros, bebiendo sus preceptivas jarras de medio litro de cerveza. Dada lo hora, media tarde, intenté pedir un café, y tuve que conformarme con una coca-cola ante escéptica de la camarera y de, creo, que todos los asistentes.

A la llegada al lugar de la reunión me percato que muchas motos ni las han movido de su sitio y sus propietarios siguen de charla y bebiendo cervezas. Ya cuando caía el sol en el prado de los chiringuitos montan una entrega de premios que consistía en que motero y moto se acercaban al speaker, este comprobaba los kilómetros y le entregaba una medalla. Solo se dieron premio por ese motivo, nada de el mas viajo, el mas joven , la moto mas original, y como me comentó mi amigo K, que ha asistido en dos ocasiones, al mas lejanos que me debería haber correspondido. Alguien de la organización tuvo el detalle de darme la explicación de que solo dan premios por antigüedad y kilómetros de las maquinas, que son las protagonistas del evento. Con total sinceridad era un momento que temía y no deseaba, mi condición de motero solitario me llevó a este rincón de Alemania como excusa para poder hacer lo que mas me gusta, viajar en moto.

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El regreso, como suele ser habitual, tiene poco que explicar, lo hice en dos días, iniciándolos evitando autopistas, pero para poder cumplir el horario por las tardes tuve que utilizarlas. Solo mencionar que los que me habéis leído otras ocasiones os habréis percatado que no he mencionado la lluvia que es como un constante en mis viajes, pues en este no he tenido la cuota de tiempo bajo la lluvia habitual, pero en litros igual sí. Como si dependiera de las fronteras políticas, desde mi entrada hasta salida de Suiza me acompañó una densa cortina de agua. Yo que pensaba que en este viaje me libraba...

TODAS LAS FOTOS AQUÍ:

http://picasaweb.google.com/gsidro/1006StelvioFlybrick#



2 comentarios:

Panotxa dijo...

Isidro!

Felicidades por este viaje y por la moto.
Es un placer leer tus crónicas de viajes.

Salut!

fran dijo...

Hola!,otra vez.Una pasada tu viajeaventura,lo he disfrutado mucho.
enhorabuena por tu adquisición.Me gustó mucho tu relato,la magia que puede tener para algunos de nosotros descubrir una moto de segunda mano,que para otros no sería más que una máquina vieja. Gracias un saludo desde Madrid.